viernes, 15 de enero de 2010

De Alineamientos y Moral

Dungeons and Dragons fue mi primer juego de rol, y virtualmente mi favorito (en sus varias encarnaciones) por más de una década.

Y si bien tiene sus virtudes y sus defectos por todos lados, tiene una cuestión que siempre ha sido sumamente complicada y controversial: los Alineamientos.

Son una de mis partes favoritas, y considero que poca gente los entiende lo suficiente como para aprovechar al máximo su potencial de roleo. Y en sí la gran mayoría prefiere no hacerles mucho caso, para no meterse en complicaciones.

Y de hecho es bastante complicado. Aquí hay algunos comentarios con respecto a la historia detrás de su creación y la intención original de su uso: What's wrong with alignment. (Ojo que está en inglés. Y aviso que el texto no es nada nuevo. Fue posteado hace algo menos de año y medio.)

Esta rica herramienta ha sido olvidada con negligencia, ignorada para evitar conflictos y limitaciones, abucheada por aquellos que sencillamente no la entienden (o no quieren entenderla). ¿Y los juegos?

Hay varios acercamientos. Quitarles importancia y dejarlo como mero apéndice "hereditario", un requisito, como hizo el D&D en su cuarta edición. Mecanizarlos de manera que diferentes acciones específicas determinen tu postura ético-filosófica, como en los juegos de White Wolf con las mecánicas de Humanidad y equivalentes. Integrarlo al metajuego de manera transparente y explícita, como en Sorcerer de Ron Edwards (donde al principio de la campaña es una labor del grupo de juego definir qué es lo que determina la Humanidad de los personajes en la ambientación). Cambiarlos de una mecánica explícita a algo mucho más sutil, un vacío productivo, como hace Dogs in the Vineyard (que elimina al DJ de la ecuación, y te dice que tú eres el único que puede juzgar qué es lo éticamente correcto o incorrecto para tu propio personaje).

Pues bien. Regresemos un poco al concepto de los Alineamientos en Dungeons and Dragons. Como corresponde a mi filosofía de vida, hay que tomar al minotauro por los cuernos. ¿Cuál es mi interpretación de los Alineamientos? ¿De qué manera pueden aprovecharse de forma que resulten divertidos en lugar de estereotípicos, y que apoyen la creatividad más que limitarla? ¿Por qué si cada vez me interesa menos seguir jugando al D&D, sigo insistiendo en pensar y filosofar al respecto?

Entendiendo los Alineamientos


Lo primero que se debe discernir es que, precisamente, los alineamientos son eso. Un indicativo de nuestra identificación con una ideología particular. De parte de quién estoy. No se trata, pues, de una arbitraria restricción impuesta (como el clásico "los magos no pueden usar espadas"), ni de una guía que te diga exactamente qué debes pensar y cómo debes actuar. Es más un "esto va más conmigo".

Tiene más que ver con tu manera de pensar, tu perspectiva particular, tus prioridades y tu interacción con el mundo. Algo mucho más filosófico e ideológico. Más personal y práctico.

No tiene que ver conque todo Paladín legal bueno deba ser un niño explorador incapaz de actuar de manera razonable, siempre dando órdenes y actuando cual ejemplo de rectitud. Tampoco se trata de que todo villano caótico malo deba ser este azaroso ser sin propósito y razón, únicamente interesado en pelear y destruir. Y todos los demás alineamientos no son sencillos "puntos intermedios" entre estos dos.

Por ejemplo, una justificación típica que me saca de mis casillas siempre es cuando la gente quiere excusarse diciendo que pueden hacer cosas malas sin dejar de ser "buenos", porque su alineamiento es caótico bueno. ¡Maldición!

La clave, creo yo, es entender cómo funciona la diferencia entre los dos Ejes y su interacción. Es de esta combinación que surge un contexto rico y con bastante espacio para desarrollar personalidades "muy humanas" y complejas para tus personajes (¡o incluso para los monstruos!).

Bien, pero ¿cómo funciona eso en la práctica? Es bastante simple.

Por obvio que pudiera parecer, el eje Ley/Caos NO se relaciona con qué tan bueno o malo soy. ¿Qué es lo que me está diciendo? Mi adherencia a cierto código personal de conducta. Este código puede basarse en algo externo (leyes, dogmas religiosos, la cadena de mando, lo que dicen mis mayores...), interno (mi propia disciplina, qué tan metódico y/o lógico soy...) o situacional (hago siempre lo que todos los demás hacen o piensan). Cabe hacer notar que dicha adherencia puede ser ideológica (y por tanto suceptible de ser cuestionada), heredada (es parte de mi legado genético, cultural, intelectual o místico) o inconsciente (por ejemplo si soy Obsesivo Compulsivo o estoy sujeto a mis propios mecanismos de defensa).

Mientras más me acerque al polo Legal, más firmemente creo que debo actuar conforme a ese código (o más fuerte es mi compulsión a hacerlo). Por tanto me disgusta o incomoda actuar en contra de la ley, mi honor, mi jefe... Mientras siga ese código, puede que ni siquiera me interesen cosas que no estén relacionadas a él. (Por tanto un enano puede ser tan terco como el que más en lo que respecta a actuar de la manera en que los Mayores de su clan le han dicho, al mismo tiempo que considera "esas tontas leyes humanas" poco importantes, meras sugerencias.)

Mientras más me acerque al polo del caos, más me disgustan los límites, métodos, órdenes. No sigo ningún tipo de código o procedimiento. Prefiero hacer las cosas a mi modo, en el momento que prefiera o considere más adecuado. Por tanto puedo seguir órdenes un momento, y al siguiente desobedecerlas por completo. No es tanto que haga las cosas al azar sin ningún tipo de objetivo. El punto es más que sólo me guío por mis impulsos y caprichos, y aunque para los demás pueda parecer aleatorio, siempre tengo mis razones para hacer las cosas (incluso aunque esas razones sean un misterio, hasta para mí mismo).

El término medio (la parte Neutral de este eje) significa que entiendo la importancia y los usos del código, pero sólo me adhiero a él cuando considero que es lo mejor para mis propios fines. Mientras las considere justas, seguiré tus leyes. Mientras los considere sabios y prácticos, obedeceré a los Mayores. Mientras no deba renunciar a demasiado, seré disciplinado y haré lo que deba.

El eje Bien/Mal no está totalmente ligado a la filosofía occidental extremista del Banco y Negro. No es un "Soy bueno, así que seré inocente y servicial. Soy malo, y conquistaré el mundo arbitrariamente y sin ningún propósito en particular." Se relaciona más a qué tan dispuesto estás a llegar por y para la otra gente. Si se les facilita más, mide el grado de egoísmo o altruísmo que tengo. Si estoy dispuesto a poner a otros antes que a mí, soy bueno. Si prefiero ponerme a mí mismo antes que a los demás, sin importar las consecuencias que sufran, soy malo. No hay definitivos, todo es relativo. No es un todo o nada, y cada quién tendrá una escala diferente.

Mientras más me acerque al polo Bueno, más cosas estoy dispuesto a hacer por los demás. Más grandes son los sacrificios que considero debo hacer por el bien de otros. Y al final soy yo el que juzga por quién estoy dispuesto a esos sacrificios (no es lo mismo sacrificarse por el amor de mi vida que por un completo extraño que casualmente pasaba por ahí). Incluso puedo llegar a dañar a otros, siempre y cuando lo perciba como "lo mejor para el bien común".

Mientras más me acerque al polo Malo, más estoy dispuesto a ver sufrir a otros para obtener un beneficio personal. No es que me guste lastimar gente "sólo porque sí". Eso no es malo, eso es poco convincente. La clave es "¿qué beneficio obtendré de hacer esto?" Puede ser poder, placer, dinero, pretensión de superioridad moral, venganza, diversión...

El término medio (el "otro" Neutral) significa que procuraré ponerme a mí mismo primero, y haré lo que me pueda beneficiar más, pero sin que eso signifique que no me importe el bienestar de otros. Si me siento suficientemente justificado, podría llegar a lastimar a otros, pero sólo si no tengo otra mejor elección. Y definitivamente me será más fácil lastimar a desconocidos que a aquellos que sean cercanos a mí.

Desde esta perspectiva, un alineamiento no es lo que me permite o prohibe hacer cosas. Tiene más que ver con la manera en que justifique qué y (más importante) por qué hago las cosas.

No es algo estático. No es algo "Blanco y Negro". Se trata de una herramienta para tratar de entender de qué manera veo el exterior. Y un apoyo para saber más fácilmente de qué manera podría reaccionar o pensar mi personaje ante diferentes situaciones. Y para mí lo mejor es permitir que haya cierta fluctuación de alineamientos. Después de todo uno puede ir cambiando su perspectiva del mundo, sus prioridades y su manera de reaccionar conforme va evolucionando (o corrompiéndose).

¿Y cómo funciona esto en la física (y meta-física) del juego?

Nuestra manera de pensar y sentir se proyecta. Cada quién tiene cierta "vibra", cierta aura. Esta puede ser positiva o negativa, abierta o cerrada, agresiva o pasiva. El alineamiento con el que me identifico se extiende a la energía que emano. En ocasiones eso es perceptible a simple vista. En otras se necesitan medios más sutiles, como la magia o la ciencia. Pero a fin de cuentas es energía "tangible" y bastante característica.

Pues bien... ¿Qué tan inútiles, restrictivos y limitantes crees que son los alineamientos ahora?

1 comentario:

Yavhe Alexander dijo...

Saludos...

He leído decenas de artículos sobre los Alineamientos y sin duda alguna este es el mejor!

Lo imprimire y se lo llevare a mis colegas del D&D. A ver si aprendemos un poquito!