viernes, 13 de diciembre de 2024

[Pactos y Rituales] De Realidades e Inocencia

El mundo es mucho más amplio y complicado de lo que la mayoría quiere creer. En los rincones más recónditos y los callejones más oscuros habitan espíritus, seres elementales, criaturas míticas, deidades menores, entidades demoníacas y todo tipo de monstruos e individuos mágicos y enigmáticos.

Son tantos y tan diversos que su extensión escapa de toda clasificación definitiva e inalterable. Es por eso que generalmente son conocidos como los Otros. Algunos salvajes. Unos cuantos siguiendo complejos e impredecibles códigos de honor. Una buena cantidad peligrosos y mortíferos, una pequeña minoría benévolos y generosos…

Afortunadamente, hace unos cuantos milenios un astuto sabio, teniendo en cuenta presagios que se extendían por varias eras en el futuro, logró negociar con los Seres más poderosos e influyentes los términos de una trascendente tregua, estableciendo un Pacto mundial que alteró permanentemente la interacción entre los mortales y los Otros.

Después de todo, ¿qué debían temer los Otros de esos insignificantes, débiles y asustadizos mortales, aglomerados en sus pequeñas poblaciones aisladas y creyendo protegerse mediante sus primitivas armas y sus absurdas supersticiones? ¿Cómo podrían adivinar que en un par de docenas de siglos sus civilizaciones crecerían exponencialmente y su ingenio los empujaría hasta límites insospechados? ¿Que las indefensas presas terminarían por volverse el más peligroso depredador?

Así, tras el Pacto Sagrado, la Realidad oculta del mundo sobrenatural quedaría escondida a los ojos de los mortales mediante un velo de Inocencia que les impediría distinguir con claridad aquello que se saliera de su mundana cotidianeidad, racionalizando cualquier atisbo de magia como mera imaginación, coincidencia o directamente caprichos espontáneos que los empujaran a regresar a la seguridad de la luz y la compañía de sus iguales.

Aquellos con el poder, la comprensión y la guía necesarios serían capaces de despertar la Visión Verdadera, que les permitiría percibir aquello hasta entonces oculto y disfrazado. Con ello podrían no sólo entender los hilos detrás de la Realidad misma, sino que incluso serían capaces de ser quienes jalaran dichos hilos, efectivamente doblando y hasta rompiendo las reglas de la Naturaleza misma. Aquello que los mortales supersticiosamente denominaron Hechicería.

Por supuesto, con el paso de los años se descubrió que cuando el velo se rasga irreparablemente, aquellos mortales denominados Desvelados son privados de toda protección por su pérdida de la Inocencia, siendo presa disponible para cualquier Otro (o Despertado) con la disposición y los medios para sacar impunemente algún provecho o sustento de las aquellas pobres víctimas.

Y no hay que olvidar que al Universo le gusta el Balance, y los espíritus que lo habitan llevan demasiado tiempo haciendo valer los términos del Pacto. Aquellos, Otros o Despertados, que desacaten o rompan los acuerdos de la tregua sufrirán las consecuencias. Sin tener la protección del velo, y perdiendo (temporal o permanentemente, según el grado de su ofensa) la Visión Verdadera y el poder sobre la Realidad que ésta trae consigo.

El Karma es una perra celosa, y al Universo le importa poco la diferencia entre ignorancia y premeditación.

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