miércoles, 4 de noviembre de 2009

Jugando a la defensiva

DJ: La luz de su antorcha ilumina un pasillo desierto de unos 2 metros de ancho. El largo se pierde en la oscuridad, pero por el eco calculan unos cuatro o cinco metros.

Jugador 1: Mi mago comienza a ejecutar todo tipo de hechizos defensivos, y después unas cuantas abjuraciones más para evitar ser poseído. Y si me sobra el tiempo, un par de adivinaciones para conocer la naturaleza del peligro inminente en el que nos encontramos.

Jugador 2: Mi ladrón comienza a buscar cada pulgada del terreno en busca de trampas. De hecho, no sólo busca en el suelo y las paredes, sino que usa los zancos que compró para revisar cada pulgada del techo. Y usaré mis guantes extra-gruesos de piel de dragón para evitar tocar cualquier parte.

Jugador 3: Mi arquero tensa su arco con una flecha de destrucción de demonios +5, mientras alterna su vista entre la oscuridad del pasillo y el cuarto por el que acabamos de pasar. En cuanto escuche un ruido extraño suelto un disparo hacia esa dirección.

DJ: .....

Esta pequeña dramatización exagerada es un poco para hacer burla de un fenómeno que he encontrado bastante comunmente. Creo que es bastante común ese Síndrome del Jugador Abusado.

Mi grupo de juego decidió jugar una partida de D&D 3.5, con otro jugador como DM. A mí no me molestó en lo absoluto, y tras más de un año desde la última vez que lo jugué pensé que sería una experiencia interesante. Mis dudas iniciales de que el D&D no sería del todo del gusto de mi chica resultaron totalmente infundadas (su primer personaje acabó siendo una semi-orca guerrera bastante violenta y sanguinaria). Y pensé que sería educativo observar la dinámica con ella (como jugadora novata) como referencia.

Al estar creando personajes, los demás jugadores (que ya habían jugado D&D con ese mismo master antes) le iban aconsejando cosas bastante paranóicas. "Pon esto aquí, porque si no te pasará esto." "Coloca este número acá, para protegerte cuando te pase esto." Y todo tipo de consejos al estilo.

Desde mi (relativamente reciente) perspectiva jippi, los consejos me resonaban bastante. "¡Diablos! ¿De verdad esa paranóia y planeación extra son parte de la "diversión" del juego?" Creo (sin haberlo analizado a profundidad) que tiene más que ver con aquello de las Agendas Creativas (va un par de monedas a la jarra de las groserías). Sencillamente esa "preparación extra" no me suena del todo interesante.

Y finalmente jugamos la primera sesión. Sencilla, sin mayores complicaciones, bastante convencional... Y en el momento en que mi hechicero se separó unos metros de los demás para poner distancia entre el combate y sus míseros 24 hp, fue atacado "a traición" por un enemigo volador "oculto". De momento no le di mayor importancia. Gajes del oficio, le llaman.

Pero no dejó de hacerme eco con relación a aquellas cosas que había estado pensando antes. Ese juego DJ vs. jugadores, en que el DJ intentará abusar en todo momento de cualquier "descuido" y debilidad de los jugadores. Y eso es parte de la diversión...

Bueno... De la de algunos. Si bien no es algo como para perder el sueño y que yo ya no quiera jugar, si me hizo pensar que eso realmente es más un estorbo para mí que un "reto interesante". Y eso de tener que estar jugando "a la defensiva" me resulta cada vez más cansado y menos gratificante.

Y no puedo evitar pensar qué hubiera pasado con el simple uso de alguna técnica como la Transparencia.

(Puedo imaginar la misma escena un poco diferente:

DJ: Ok, hay una gárgola más que sus personajes no han visto, por lo que atacará por la espalda a aquel de ustedes que se muestre más vulnerable.

Yo: Mmm... Este combate es un poco aburrido. Quizá con un poco más de reto... De acuerdo. Me ofrezco como "voluntario". Mi hechicero se aleja un poco de los demás, exponiendo su débil espalda sin pensar demasiado en los riesgos relacionados... Alguien me tendrá que venir a rescatar, bola de cobardes.
)

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