jueves, 18 de octubre de 2012

[Æther: MCS] CharGen

En Æther: Magnus Certatio Sapientum, los jugadores interpretan a los participantes en un torneo de magia, y su objetivo es derrotar a todos sus rivales para poder obtener la victoria.

Para esto, los jugadores irán enfrentando en duelos mágicos a sus personajes, uno contra uno.

¿De qué forma sabrán qué son capaces de hacer dichos personajes? Pues aquí es donde entra el proceso de Generación de Personajes (o CharGen), para determinar cuáles son los diferentes recursos y estadísticas con los que cuentan.

Al final, la victoria la obtendrá aquel que logre superar a todos sus rivales por medio de una buena estrategia, astucia, creatividad, administración de recursos y una pequeña cantidad de suerte.

Eligiendo Marco y repartiendo Personajes


Para comenzar a jugar, lo primero que los jugadores deberán hacer de forma colaborativa es definir un Marco. Para esto, podrán elegir entre alguno de los Marcos disponibles (o seguir el procedimiento necesario para generar su propio Marco personalizado).

Este Marco describirá ciertos aspectos de la ambientación en que se llevará a cabo la acción (dejando algunos otros detalles libres para ser definidos por los mismos personajes), establecerá los Dominios en que se clasifica la magia en ese universo imaginario y determinará algunas de las opciones mecánicas entre las que podrán o deberán elegir los jugadores al generar a sus personajes.

Una vez elegido el Marco, los jugadores deberán aterrizar e interpretar los Dominios. Con esto, podrán comenzar a esbozar los conceptos de los 8 participantes del torneo (cada uno representando a uno de los Dominios).

Una vez que los 8 conceptos hayan sido descritos de manera general, el jugador de más edad elegirá a uno de los personajes, para que sea su Personaje Principal (PP). Posteriormente, el jugador a su izquierda elegirá a alguno de los restantes, y así sucesivamente hasta que cada uno de los jugadores tenga un PP.

En caso de tener menos de 8 jugadores, el resto de los personajes no asignados serán considerados Personajes Secundarios (PS). Comenzando por el jugador a la derecha del de mayor edad, y yendo en sentido contrario a las manecillas del reloj, irán eligiendo un PS por turno, hasta que cada uno de los PS's tenga al menos dos jugadores asignados.

Generando personajes


A continuación, cada jugador se encargará de determinar las estadísticas y recursos de sus PP's. Cada PS podrá ser generado por todos los jugadores que tenga asignados, o por aquel de ellos a quien los demás deleguen el trabajo, a discreción del grupo.

Así sea PP o PS, cada personaje será generado siguiendo el mismo procedimiento básico.

Lo más importante es que el concepto definido para cada uno de los personajes sea traducido a términos de juego lo más satisfactoriamente posible (a criterio del grupo).

El procedimiento que debes seguir es el siguiente:

1. Determina el título del personaje. Describe la clase, profesión o estatus social, jerárquico, ideológico o político del personaje. Podrás usar alguno de los títulos propuestos en el Marco o crear uno equivalente.
2. Dale un Nombre. La magia está inherentemente ligada al lenguaje, por lo que los nombres tienen una gran importancia no sólo descriptiva, sino también metafísica. Dale un buen nombre que lo distinga de los demás. Podrás usar alguno de los nombres sugeridos en el Marco o crear uno al mismo estilo.
3. No olvides escribir el Dominio que le corresponde.
4. Describe el Transfondo del personaje. Es decir, escribe en unas cuantas palabras cuál es su historia, formación y trayectoria, tomando en cuenta el concepto definido anteriormente por todos.
5. Dale un Impulso. Todos los personajes quieren ganar el torneo. ¿Cuál es la razón por la que éste en particular quiere hacerlo? ¿Qué otros motivos tiene para entrar al certamen? ¿Fama? ¿Poder? ¿Amor? ¿Justicia? ¿Venganza? ¿Curiosidad?
6. Define la Fuente de su poder. ¿De dónde obtiene el personaje el Æther (es decir, la energía que necesita para poder utilizar la magia)? Elije alguna de las opciones disponibles en el Marco.
7. Describe la herramienta que use el personaje como Foco. Elije alguno de los tipos de Focos existentes, y describe cuál es la forma física que tiene. Este objeto será muy importante para tu personaje, por lo que debes elegir uno que tenga la suficiente coherencia con relación a su concepto.
8. Describe la Debilidad del personaje. La Debilidad representa el principal defecto de caracter del mismo, como por ejemplo vicios, obsesiones, deudas, problemas, pendientes y similares.
9. Asigna tus Reservas. Cada personaje tiene 3 Reservas: Vitalitas (resistencia física), Æther (energía mágica) y Pervicacia (fuerza de voluntad). Deberás repartir una de las opciones (5 - 10 - 15) a cada una.
10. Asigna tus Aptitudes. Cada personaje tiene 3 Aptitudes pasivas: Intensidad, Flexibilidad y Resistencia. Deberás repartir una de las opciones (1 - 2 - 3) a cada una.
11. Asigna tus Formas. Cada personaje tiene 3 Formas activas: Agresión, Reflejos y Defensa. Deberás repartir una de las opciones (d8 - d10 - d12) a cada una.
12. Asigna tus Habilidades. Cada personaje tiene 3 tipos de Habilidades: Palabras (las Palabras de Poder que domina), Talentos (capacidades en las que el personaje tiene pericia natural) y Secretos (conocimientos especiales reservados a los miembros de su linaje, agrupación o Dominio). Deberás repartir una de las opciones (1 - 2 - 3) a cada una.
13. Arma tu mazo de cartas. Toma una carta por cada una de las 6 Acciones Básicas, una carta correspondiente al tipo de Foco que hayas elegido y una carta por cada Palabra, Secreto y Talento que domines.

Y listo. Tu personaje está dispuesto para comenzar a patear traseros mágicos.

jueves, 4 de octubre de 2012

Æther: Magnus Certatio Sapientum

El Universo tiene ciertas reglas. El fuego quema, el agua fluye, el planeta gira, la vida termina...

Para el común los mortales, esas reglas son inevitables, inamovibles, estáticas y constantes. Esa es la Realidad.

Los iniciados, sin embargo, han aprendido que si se cuenta con el entrenamiento, los conocimientos y el poder necesarios, esas reglas pueden llegar a ser dobladas, controladas, ignoradas e incluso cambiadas. La Realidad es mucho más maleable y subjetiva de lo que pareciera en un primer momento.

A la capacidad de manipular esa Realidad se le ha denominado Magia.

La Magia tiene sus costos, desde luego. Y el mayor y más peligroso de todos es la posibilidad de provocar un daño a la continuidad de la Realidad tan grande que ésta se "rasgue" y se colapse en sí misma, teniendo como consecuencia el fin del Universo como lo conocemos.

Es por eso que hace milenios los Maestros entre los iniciados establecieron el Concilio de los Sabios, una agrupación de individuos encargados de velar por la integridad y la conservación de la Realidad, de manera que la Magia sólo pueda ser usada por aquellos con el suficiente poder y sabiduría para usarla, pero también la suficiente entereza como para no abusar de ese poder. Generación tras generación, este Concilio ha sido lidereado por aquel que ha recibido el mandato de
Archimagus, el más astuto, poderoso y sensato de todos.

Este individuo trasciende su existencia mortal y obtiene la omnisciencia: un entendimiento virtualmente perfecto de la forma en que opera la Realidad.

Por muchos eones, este sistema ha funcionado perfectamente. Afrontando todo tipo de peligrosos conflictos y amenazas, pero saliendo airosos al final de cada desafío.

Justamente uno de los problemas más cíclicos que enfrentan es el hecho de que observar por demasiado tiempo lo que existe más allá de la Realidad lleva a la pérdida total de la cordura. Es por eso que después de unos cuantos siglos de labor, el Archimagus inevitablemente termina siendo víctima de un destructivo brote de locura. Como consecuencia de ello, cada ciclo el Concilio se ve obligado a unir fuerzas y destruir a su otrora sabio y generoso líder.

Sin embargo, el desgarre de la Realidad causado por el antiguo Sabio tras su periodo de locura debe ser reparado, y el Concilio necesita con urgencia designar un sucesor digno.

Es por eso que cada miembro del Concilio se ve obligado a participar en el
Magnus Certatio Sapientum, o a mandar a un representante en su lugar. El ganador de este torneo está destinado a convertirse en el próximo Archimagus, y tendrá como primer misión estabilizar los daños causados por su predecesor y restaurar el equilibrio al Universo.